HJ Hong, Corea
Una vez escuché una historia de un señor de ochenta y siete años, acerca del tiempo en que él era joven. Él era adolescente cuando Corea estaba bajo el dominio de Japón, y era joven durante la Guerra de Corea. Su historia parecía una película.
Me contó que una vez fue llevado para trabajos forzosos y no se le permitía volver a casa, y que durante un mes le daban de comer arroz mijo mezclado con piedrecitas. También explicó cómo era menospreciado como un animal por dondequiera que iba, y cuánta hambre tenía siempre. Aunque esto había sucedido varias décadas atrás, él recordaba claramente todos esos momentos difíciles como si hubieran pasado ayer.
Ya que por ese tiempo el Padre celestial Cristo Ahnsahnghong había descendido a esta tierra por segunda vez y estaba preparándose para predicar el evangelio, la historia del señor no parecía una historia olvidada.
En esos días en que Corea atravesaba el tiempo más difícil en la historia moderna, probablemente nadie estaba libre del hambre, las burlas y el menosprecio. Incluso durante el período de turbulencia en que el pueblo no podía tener segura ni siquiera su propia vida, nuestro Padre celestial trabajó solamente para la redención de sus hijos. ¡Cuánto dolor debe de haber atravesado! ¡Con cuánta ansiedad debe de haber deseado la salvación de sus hijos, que vino a la tierra y soportó todas las aflicciones a pesar de ser Dios, el Señor de todo el universo!
Aunque nuestra situación se vuelva dura y difícil, debe de ser mejor que el tiempo en que el Padre Cristo Ahnsahnghong predicó el evangelio. Recorreré con alegría el camino del evangelio con un corazón agradecido en cualquier situación. Es así como podré retribuir al menos un poco al Padre Cristo Ahnsahnghong y a la Madre celestial por su gran amor y gracia de haberme llamado como su hija.
Esta es la fragancia de Sion de un miembro de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial que cree en Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre.
Gracias a Dios Padre y a Dios Madre