Celebremos la Pascua del Nuevo Pacto, establecida por el amor y el sacrificio de Dios, con gratitud y alegría.

Para recibir el perdón de los pecados, ganar la vida eterna y alcanzar la salvación, debemos guardar la Pascua. No importa cuánto creas y ames a Dios, no puedes ser salvo a menos que guardes la Pascua, que es el método de perdón de pecados que Dios ordenó. Celebremos la Pascua con acción de gracias y alcancemos la salvación.

Los cuatro Evangelios de la Biblia, que describen las obras de los doce apóstoles con Jesús, dedican un gran espacio a la escena llena de gracia de Jesús y los apóstoles celebrando la santa comunión de la Pascua del nuevo pacto.

El propósito de la venida de Jesús a esta tierra fue redimir a los seres humanos de los pecados y guiarlos al camino de la vida eterna. Y Jesús deseó ansiosamente celebrar la Pascua del nuevo pacto. Por tanto, esta Pascua debe de ser algo que está estrechadamente relacionado con nuestra salvación.

Como podemos ver a través de lo que Jesús dijo: "Cuánto he deseado comer esta Pascua", es la voluntada de Dios que guardemos la Pascua del nuevo pacto.

Es Dios quien tiene la autoridad para salvar. Y Dios reconoce como pueblo suyo a los que guardan las leyes que ha proclamado. Esta es la razón por la que, si es hijo de Dios, debe celebrar la Pascua del nuevo pacto. Enseñar que puede ser salvo incluso si no guarda la Pascua del nuevo pacto, o seguir esa enseñanza, es la forma incorrecta de valorar las palabras de las personas más que las de Dios. Los miembros de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial guardan la Pascua del nuevo pacto de acuerdo con la palabra de Dios.

Celebremos también la Pascua del nuevo pacto y recibamos la bendición de la salvación.

Se debe guardar la Pascua del Nuevo Pacto, la verdad de la salvación y de la vida establecida por Dios mismo. Entonces, Jesús en su primera venida, también Sus discípulos, y los miembros de la Iglesia Primitiva dieron un ejemplo de guardarla. Guardemos también la Pascua del Nuevo Pacto santa y avancemos con la bendición del perdón de los pecados y la vida eterna.