Hong EJ, Corea
Soy maestra en un instituto de arte y lo administro. Desde joven, me gustaba pintar. Me convertí en artista, y pensé que había nacido para enseñar a los niños a pintar. Sin embargo, después de recibir la verdad, descubrí algo más que me gustaba hacer: predicar el evangelio.
Al principio, me parecía imposible predicar porque siempre estaba en el instituto. Pero las hermanas de Sion me animaron a predicar, diciéndome que podía hacer la obra del evangelio según mi situación. Con el ánimo que recibí de ellas, empecé a predicar a la gente que conocía en el complejo de apartamentos donde vivo, así como también a los padres de mis alumnos.
Las personas más difíciles de predicar para mí eran los padres de mis alumnos. En realidad, no es fácil conversar de algo que no esté relacionado con sus hijos; ellos podrían malinterpretar que no me estoy esforzando por enseñar a sus hijos, estando interesada en otra cosa. Así que me esforcé más en mis lecciones y también les hice conocer la verdad a los padres.
A pesar de mis esfuerzos, nadie mostró interés en la palabra.
Lo mismo sucedió con mi familia y mis vecinos. También les predicaba a los que trabajan en los negocios a los que siempre voy, como salón de belleza, panadería, tienda de comestibles, etc. Ellos me escuchaban solo porque era su cliente. Me sentí desesperada.
Por ese tiempo, tuve la oportunidad de ir a la Exhibición Literaria y Fotográfica “Nuestra Madre”, porque se realizó en la región donde vivo. En la exhibición, me conmoví por el sacrificio y el amor de las madres y comprendí profundamente el amor de la Madre celestial, mediante el cual comprendí de qué carecía mientras predicaba el evangelio.
Por supuesto, lo que quería hacer saber a las personas era el amor de la Madre celestial. Sin embargo, no me asemejaba a la Madre; solo estaba concentrada en transmitir conocimiento. Las madres no pueden soportar ver a sus hijos enfermos o heridos, y también se sienten desconsoladas cuando no pueden darles lo que quieren. Yo también me sentía desconsolada mientras predicaba el evangelio, pero no era porque estuviera preocupada por sus almas; en realidad, era porque las cosas no salían como yo quería. Fue por eso que mi predicación no pudo conmover a nadie.
Me arrepentí desde lo más profundo de mi corazón, y decidí considerar muy preciosa cada alma teniendo el corazón de la Madre. Primero, invité a la gente a la exhibición donde podrían sentir completamente el amor de la Madre tanto física como espiritualmente. Las personas a quienes antes había predicado la verdad, llegaban a la exhibición una por una.
Sus rostros estaban endurecidos hasta entrar en la sala de exhibición, pero al ver las obras de arte una por una, se sorprendieron y se conmovieron. Yo también me sorprendí al ver sus expresiones faciales; ya no eran las mismas personas que habían sido indiferentes al mensaje sobre el amor de la Madre. Mi hijo, que siempre se quejaba de que hablaba de la Biblia todo el tiempo, también se conmovió y no dejaba de decir que era una exhibición grandiosa.
Mientras las personas que había invitado observaban la exhibición, yo seguía orando en mi corazón. Le pedía a Dios repetidamente que permitiera que al menos un alma renaciera como hijo de la Madre celestial, que es la realidad del grandioso amor. Mi oración fue respondida inmediatamente. Tres de ellos recibieron la verdad. No encontraba palabras para expresar mi gratitud a Dios.
Padre y Madre, muchas gracias por bendecir las semillas que yo había sembrado y convertirlas en frutos a través de la exhibición. No olvidaré el entendimiento que Usted me permitió, y siempre predicaré su amor con su corazón.
Esta es la fragancia de Sion de un miembro de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial que cree en Cristo Ahnsahnghong y en Dios Madre.
Si es cierto, predicar el evangelio no es transmitir el conocimiento. Aunque entregue la verdad, si no tiene el amor verdadero que considera preciosa su alma para salvarla jamás puede conmover su corazón. Cuando sea uno el corazón que el que entrega la verdad y el que la reciba, entonces, puede convertirse en buen resultado, el fruto espiritual. Esto es el corazón de Dios Madre.
Yo también quiero tenerlo siempre para salvar un alma.
Muy hermosa fragancia, creo que todos los hijos de la Madre debemos buscar una manera en nuestro interior para ver de qué forma podemos llegar a transmitir ese amor de la Madre Celestial, ya que solo cuando conmueve verdaderamente a Dios será posible llevar los bonitos frutos que nos permitan la gloriosa entrada al Cielo, espero que pronto todos los miembros de la familia celestial hagan nuestro mejor esfuerzo por consolar el precioso corazón de nuestra Madre a través de la predicación tomando parte en la batalla contra el diablo y encontrando así a nuestros hermanos perdidos.
La exposición de literatura y fotografía «Mi madre» es muy emocionante y conmovedora.
A través de esta exposición, pensé mucho sobre el sacrificio y el amor de mi madre, y llegué a pensar en el amor de la madre celestial y la madre de esta tierra.
Realmente gracias a la Madre del Cielo por conceder esta exposición.
Qué hermosa fragancia.
Ojalá que muchas personas sientan profundamente el sacrificio y el amor de las madres físicas y el amor de la Madre celestial a través de la Exhibición Literaria y Fotográfica “Nuestra Madre”.
Las cosas terrenales son una figura y sombra de las cosas celestiales.
El sacrificio y el amor de las madres físicas muestran los de la Madre celestial.
Llegamos a ser los hijos celestiales que podemos dar gracias a la Madre celestial entendiendo su sacrificio y su amor.
Doy gracias a todas las madres.
las amo a todas.