YJ Nam, Corea
“¿Cómo te va, Yun-ja? ¿Estás bien? Hum… hija, ¿puedes ayudarme? Tu madre está un poco enferma.”
La débil voz de mi padre se escuchó por el teléfono.
En la huerta de mi padre, hay más de cuatrocientos árboles de durazno. El verano pasado, ya que mi madre fue operada de la rodilla, no podía hacer nada más que seleccionar las frutas, entonces mi padre tuvo que cosechar todos los duraznos solo. Preocupándose de que yo no pudiera trabajar por lo débil que era, él jamás me pidió que lo ayudara. Sin embargo, en ese momento me llamó; quizá habrá sentido que era muy difícil para él cosecharlo todo. Sin dudar, fui inmediatamente a la casa de mis padres.
Solo podía ayudar a mis padres unos días. Probablemente fue por eso que aunque no había comido nada, ni siquiera sentía hambre y no me preocupaba el sofocante calor o los bichos. Me resultaba difícil mover una pequeña mesa en casa, pero en la huerta de mis padres fácilmente cargaba dos o tres cajas de frutas. Me sorprendí al ver mis ágiles dedos y rápidos pies.
Un día, al subir la colina para recoger los duraznos, en todo el camino me tropezaba con las piedras y caía entre los arbustos. No puedo recordar cuántas veces me caí.
“¡Mi padre y mi madre habrán subido este camino todos los días!”
Me eché a llorar. Sentí como si estuviera viendo los pasos que habían dado mis padres. Al pensar en mi madre que recogía las frutas soportando el dolor de su rodilla, y en mi padre que subía y bajaba la colina llevando cajas de frutas, mi rostro se llenaba de lágrimas y sudor. No podía dejar de trabajar ni siquiera un momento, al pensar que mis padres tendrían que subir y bajar esa dura colina si yo no trabajaba con fuerza ahora. Al atardecer, tenía que bajar la colina. Pero lo único en lo que pensaba era en las frutas que faltaban recoger en los árboles. Aunque mi padre me consolaba, diciéndome que no necesitaba preocuparme, me arrepentí de no haber ido a trabajar más temprano.
“¡Yun-ja, buen trabajo!”
“Mamá, usted debe mantenerse saludable. Jamás suba la colina. ¡Jamás!”
El día de mi partida, apenas podía contener las lágrimas al salir de la casa de mis padres; mi madre me despidió. Aunque sabía que no era fácil mantener una huerta, no había imaginado cuánto trabajaron mis padres en toda su vida hasta que yo misma lo experimenté, sudando todo el día. Me sentí muy apenada de no haber ayudado antes a mis padres con el pretexto de mi debilidad.
Al predicar el evangelio, muchas veces consideraba el “salvar almas” como algo difícil, en vez de algo alegre, y lo sentía como un deber.
Creo que depende de la mentalidad. Cuando estaba deseosa de ayudar a mis padres, no sentía ninguna dificultad ni dolor. No quería descansar ni un solo instante, incluso considerando el tomar una siesta para evitar el sofocante calor como una pérdida de tiempo. Era el espíritu de adopción. De ahora en adelante, recorreré diligentemente el camino del evangelio con verdadero amor hacia mis Padres celestiales, y con la mentalidad de hijo.
Esta es la fragancia de Sion de un miembro de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial que cree en Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre.
bueno
Dios Padre Ahnsahnghong y Dios Madre (la Madre Celestial) vinieron a esta tierra en la carne dejando toda la gloria del cielo solo para buscar sus hijos perdidos y están caminando el camino del sacrificio y sufrimiento aún hasta ahora.
Dios Elohim nos mandó predicar todo el mundo y ellos mismos están cumpliendo las profecías de la Biblia. Sin embargo, Yo no estoy siguiendo la voluntad de Dios Padre Ahnsahnghong y de Dios Madre (la Madre Celestial), descasando y haciendo las cosas que me gusta. Me arrepentí mucho delante de Dios.
Es muy importante tener la mentalidad de hijo. Quiero seguir el evangelio de Dios Padre Ahnsahnghong y de Dios Madre (la Madre Celestial) completamente.
Venga a la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial (IDDSMM) donde está Dios verdadero.
Gracias al Padre celestial, Crsito AHnsahnghong, por darnos su gran amor infinito.